16 Diciembre: DÍA DE LA CROQUETA

BREVE HISTORIA DE LA CROQUETA

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La Boquería

Si la historia de la tortilla española es un tanto compleja y difusa, la de la croqueta lo es más. Se trata de una receta de diversos origines arraigados en Europa, en América y que se extienden con variantes hasta Medio Oriente y Asia. Cada país parece tener su versión de bolita, palito o tortita frita que encaja dentro de la definición de croqueta: porción redonda u ovalada de masa hecha con un picadillo de diversos ingredientes ligado con bechamel o un puré, la cual se reboza en huevo y pan molido y posteriormente se fríe.

Esta breve definición abarca, no obstante, una infinidad de combinaciones de ingredientes. Para las bases que componen la masa se puede usar, como en España y Francia, la tradicional Bechamel o salsa blanca (leche, harina y mantequilla), puré de papa (como en Alemania, Holanda y Filipinas), puré de yuca (Centroamérica), masas de arroz (los Arancini italianos), incluso bulgur (diferentes especies de trigo con el que se elabora el Kibbeh, bolitas de carne o cordero típicas de las cocinas de Siria, Líbano, Jordania, Iraq, Irán, Israel, Chipre, Turquía y la Península Arábiga). Respecto a los rellenos se puede combinar prácticamente todo lo que corre, nada y vuela (desde nuestro típico Jamón Ibérico, atún, pollo, bacalao, conejo, salmón, cordero, carne de res, etc.), sin olvidar a los mariscos, y acabando con todo lo que crece en la tierra y es comestible: desde la acelga hasta el zucchini. Esto hace que este plato sea un auténtico lienzo en blanco para cocineros con ansias de experimentación.

La croqueta parece ser un aporte culinario de nuestros vecinos del otro lado de los Pirineos: les Français. La palabra croquette podría ser un diminutivo derivado de la onomatopeya croc o de croquer (=crujir). Pasó a la lengua de Cervantes como croqueta (también en Iberoamérica y Filipinas), al holandés kroket (popular por éstos en Indonesia), krokett, en hungaro, incluso al japonés korokke.

La primera receta de bechamel, nombrada en honor al Marqués de Béchamel, parece haber sido una mejora de una salsa velouté (una de las cinco salsas madres de la cocina francesa). Documentada en el 1651 en Le Cuisinier François, por François Pierre La Varenne (1615–1678). ¿Cuándo se le ocurrió a alguien empanar y freir una bolita de bechamel? Es difícil de derterminar con exactitud pero debió suceder entre mediados del siglo XVIII y principios del XIX.

Referencias claras de las croquetas las encontramos gracias al cocinero Antonin Carême (1784–1833) conocido como el “rey de los chefs y el chef de los reyes”, quién en 1817 sirvió en un banquete para el príncipe regente de Inglaterra y el Gran Duque de Rusia unas croquettes a la royale.

En 1846 el autor de Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo, Alexandre Dumas describe en una crónica de viaje por España, una receta personal elaborada esta vez con puré de patatas.

A partir del siglo pasado, las croquetas se elaboraban para aprovechar la carne que sobraba de los cocidos y estofados. Al usar parte del caldo del cocido (como el madrileño o el gallego) para la bechamel, ésta quedaba cremosa y con mucho sabor. La referencia más clara en España, se la debemos a la más famosa autora de la literatura gallega del S. XX, Doña Emilia Pardo Bazán, quien en su ensayo La cocina española antigua de 1913, nos dejaba estas líneas: » Frito es el manjar que se prepara con arte y regularidad para la sartén. El plato es sin duda transpirenaico; pero al aclimatarse a España, ha ganado mucho. La francesa es enorme, dura y sin gracia. Aquí, al contrario, la hacen bien, las croquetitas se deshacen en la boca, de tan blandas y suaves”.

Con el pensamiento de esta coterránea me despido, animándolos a compartir con sus seres queridos unas “croquetitas que se deshacen en la boca”. Así podrán comprobar como una receta humilde inicialmente diseñada para “aprovechar sobras”, se ha convertido en “manjar digno de reyes” y un símbolo gastronómico de nuestro esmero y creatividad.

Enlaces a distintas recetas:

Croquetas de pollo  : Receta griega para hacer unas croquetas crujientes de pollo.

Croquetas de atún  : Receta francesa en la que se elaboran unas sabrosas croquetas de atún con pimiento.

Croquetas de jamón : Las croquetas de jamón son las croquetas caseras más conocidas de todo el mundo croquetil o croquetero, sin duda no hay nadie que no haya probado nunca las croquetas de jamón. En este apartado exponemos dos recetas de croquetas de jamón.

Croquetas de Bacalao: Otra receta típica dentro del mundo de las croquetas, son las croquetas de bacalao. Sin duda casan muy bien los sabores de la masa de las croquetas con el bacalao. Siempre que sobre algo de bacalao, se puede utilizar para hacer sabrosas croquetas.

Croquetas de arroz: Aquí se presenta la típica croqueta que utiliza las sobras de la comida. No es la croqueta más rica de entre todas las recetas, pero si la que representa mejor el hecho de ahorrar ingredientes en la cocina utilizando comidas anteriores.

Croquetas de carne: Al igual que el bacalao, la carne casa muy bien dentro de las croquetas. Hemos hecho un apartado distinto para meter las croquetas de jamón o de pollo, y ahora hacemos este apartado para englobar todas aquellas croquetas que llevan carne.

Croquetas caseras: Al final, siempre que se hagan dentro de casa, las croquetas siempre van a ser caseras, pero por su forma de realizarse, puede dar lugar a pensar que son fabricadas fuera o precocinadas. Aquí veremos una receta de croquetas hechas en casa o croquetas caseras.

Croquetas Espinacas: Una buena forma de dar verduras a los niños es mediante unas buenas croquetas de espinacas. Los niños las comerán sin apenas darse cuenta de que comen espinacas.

Croquetas pescado: Al igual que las croquetas de bacalao, podemos utilizar cualquier pescado que queramos, el bacalao es un clásico, pero siempre podemos usar otros pescados más baratos que nos sobren del día anterior.

Croquetas queso: Si nos vamos a recetas de alta cocina o de morro fino, nos vamos a recetas en las que se utiliza queso fundido. Aquí el secreto va a residir en el tipo de queso que utilicemos.

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